Una delegación del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) se encuentra en El Salvador esta semana para evaluar la viabilidad técnica y ambiental de posibles sitios donde podría construirse una planta de energía nuclear. La visita forma parte de un proceso solicitado por el gobierno salvadoreño en 2023, con el objetivo de diversificar la matriz energética del país mediante la incorporación de energía nuclear con fines pacíficos.
Ubicaciones en estudio
Según Daniel Álvarez, director general de Energía, Hidrocarburos y Minas de El Salvador y director ad honorem del Organismo para la Implementación del Programa de Energía Nuclear (OIPEN), dos zonas han sido preseleccionadas por cumplir con los requisitos del OIEA: **San Vicente y Chalatenango**.
Nuestro equipo técnico interinstitucional ha realizado una selección rigurosa durante los últimos meses. Ambos sitios reúnen las condiciones necesarias para albergar una futura instalación nuclear, aunque aún deben superar las evaluaciones de seguridad y factibilidad, explicó Álvarez.
Criterios de evaluación
El equipo del OIEA, liderado por el experto Kazuyuki Nagasawa, analiza factores clave como:
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Condiciones climáticas y geológicas: resistencia a terremotos, inundaciones, actividad volcánica y eventos meteorológicos extremos.
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Impacto humano: riesgos asociados a la densidad poblacional y actividades industriales cercanas.
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Cumplimiento normativo: alineación con los estándares internacionales de seguridad nuclear.
Aún no se ha determinado si los terrenos evaluados son públicos o privados, ya que esta decisión dependerá de los resultados del estudio.
Energía nuclear: una alternativa para el futuro
El Salvador cuenta actualmente con una matriz energética diversificada que incluye fuentes hídricas, geotérmicas, fotovoltaicas y de gas natural. Sin embargo, según proyecciones del OIPEN, para 2040 la demanda superará la capacidad instalada, lo que hace necesario explorar opciones adicionales. La energía nuclear se perfila como una alternativa viable debido a su alta eficiencia y bajas emisiones de carbono.
«Este proyecto no solo garantizaría un suministro estable, sino que también posicionaría a El Salvador como pionero en la adopción de tecnologías limpias en la región», destacó Álvarez.
Próximos pasos
Tras la visita, el OIEA emitirá un informe detallado con recomendaciones técnicas. De obtenerse resultados favorables, el gobierno avanzaría en la estructuración de un plan de implementación, que incluiría consultas públicas y estudios de impacto ambiental.
Mientras tanto, el país continúa impulsando otros proyectos renovables, como la nueva planta geotérmica en Chinameca, demostrando su compromiso con una transición energética sostenible.